Botella tras botella, se forma una Aldea.
Sabemos que en la actualidad la mayoría de edificios y casas son construidos con materiales como ladrillos, concreto y tablaroca, pero, ¿te has imaginado una de botellas de plástico? Y no solo una casa, ¿toda una aldea?.
Conocida como Plastic Bottle Villae, este original y muy ecológico lugar fue impulsado por Robert Bezeau, un empresario canadiense ecologista, quien desde el 2014 comenzó con esta idea mientras iba por la vida recogiendo todas las botellas que encontraba. Esta aldea construida en una isla tropical ubicada en Panamá, es considerada una ecoaldea no sólo por estar construida únicamente con botellas de plástico PET sino por la relación tan directa que se tiene con la naturaleza.

El proyecto ocupa, por ahora, 33 hectáreas de selva, que se extiende desde la misma orilla del mar, y comprende tres fases de desarrollo durante las que se construirán un total de 120 viviendas, así como una pequeña tienda y albergue, todos ecológicos. Se utilizaron aproximadamente un millón de botellas que fueron
rellenadas con arena, luego colocadas dentro de una estructura metálica tipo jaula, se cubren con una mezcla de cemento con lo que se obtiene una pared de gran poder aislante térmico y es así como quedan ocultas.
Esta Aldea se encuentra rodeada de huertos orgánicos en donde se cultiva diferentes plantas para su uso comestible así como verduras y frutas. También hay espacios en donde los habitantes podrán realizar actividades como yoga, senderismo, meditaciones y reuniones familiares y/o con amigos.
Además de ayudar a reducir el impacto ambiental, el hacer este tipo de construcciones también tendrán un beneficio económico pues se realizan en corto tiempo lo cual permite un fuerte ahorro. También se pueden realizar diferentes tipos de casas, edificios y hasta residencias “con estilo, buena calidad de construcción”, afirma Bezeau, Asimismo, las casas son resistentes a terremotos, y su aislamiento térmico logra un ambiente fresco que evita tener que usar el aire acondicionado, ayuda a controlar la humedad ambiental que sufren los habitantes de las islas y zonas costeras y se ha comprobado que ayudan a resistir el frío en zonas de bajas temperaturas.
Se planea a futuro poder aplicar este tipo de construcción en diferentes países esperando disminuir la contaminación de los ecosistemas, proteger la fauna y apoyar a las personas en la parte económica.
Una gran idea en donde muchos animales, personas y el medio ambiente se ven beneficiados además que se demuestra una vez más el gran impacto positivo que tiene el aplicar las 3 R en nuestra vida diaria: Reducir, Reciclar y Reutilizar.