SENSE8
Sense8 arranca con Daryl Hannah tirada en un colchón en mitad de un edificio en ruinas. Es aparente que su vida está a punto de terminar, pero antes de hacerlo conecta mentalmente con ocho extraños que viven alrededor de todo el mundo. Estos sensates nacen juntos y están conectados entre sí, y poco a poco van entendiendo lo que implica compartir emociones, pensamientos e incluso habilidades.

Es difícil reducir esta ambiciosa propuesta a una sinopsis. ‘Sense8’ se adentra en una red de reflexiones sobre la identidad, la cultura, y el sufrimiento desde su perspectiva más universal. Tanto es así que es perceptible la dificultad de hacer un ejercicio de abstracción completo sin haber visto los doce episodios que forman la primera temporada completa.
Se expone la historia y la reflexión a diferentes niveles; por una parte están las historias personales de unos individuos que sufren y luchan por salir adelante, por otra está el significado global de sus vidas, el llevar lo particular a representar lo universal. Por último (y el nivel que define a 'Sense8'), está de la conexión interpersonal; el de la inevitabilidad de la influencia y dependencia de todo sobre todos.

Sense8 es una mezcla fantástica entre el contenido y el estilo. En el minuto a minuto, la narrativa visual destaca sobre todo por su edición; por esas transiciones entre los personajes, por cómo transmite la conexión mental y emocional entre ellos con la puesta en escena, el punto de vista o el montaje de sonido.