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Tatuaje vs Trabajo

La juventud debería ser el momento de las oportunidades, expectativas de largo alcance y del desarrollo total de todo el potencial intelectual y físico; pero esto se ve bloqueado por la falta de oportunidades laborales para los jóvenes, situación que se ve incrementada cuando el joven en cuestión tiene tatuajes o perforaciones.

El boom en los últimos quince años de esta práctica ha producido que ya sea normal encontrar jóvenes que estudian para ser médicos, abogados e ingenieros con tatuajes que antes eran casi que exclusivos para diseñadores, artistas y modelos.


Un 36% de los jóvenes entre 18 y 25 años tienen un tatuaje, Sin embargo, en el campo laboral, los tatuajes no siempre son bienvenidos. Pueden alejar a los potenciales empleadores y provocar discriminación hacia los empleados que tienen uno. Esto no solo pasa con los tatuajes, sino también con perforaciones y no es algo precisamente nuevo.



La discriminación laboral basada en la apariencia es un fenómeno real. Las personas con múltiples tatuajes son con frecuencia estereotipadas como malas, marginadas o criminales, de esta manera, un joven se encuentra con muchas trabas al salir de la universidad y querer buscar un trabajo y las empresas se excusan con que “la reputación de la empresa no le permite eso a sus empleados”


La situación aquí es la razón por la que las empresas exigen como requisito no tener tatuajes o perforaciones, como si tenerlas hiciera al joven idiota o incapaz de realizar el trabajo más sencillo.


No tiene sentido que se discrimine a alguien por tener un tatuaje cuando éste es usado por profesionales en todas las ramas, pero que por temor a ser rechazados o despedidos, los tapan. Lo que se debe hacer exhortar a que se valore más las capacidades como persona y trabajador que su aspecto físico, teniendo en cuenta que el tatuaje es un arte tan respetable como cualquier otro. A pesar de que el gobierno quiso tomar cartas sobre el asunto con la “Ley federal para prevenir y eliminar la discriminación” en la cual se señala que la gente que tenga tatuajes o perforaciones en el cuerpo no puede ser discriminada de ninguna manera, entre otras cosas al momento de conseguir empleo; los empleadores siguen teniendo su forma retrograda de ver a los jóvenes con tatuajes o perforaciones.


Las campañas para erradicar esta situación han sido muchas en la capital, muchos siendo impulsados por los mismos jóvenes y otras tantas por personajes de la política, como la presidenta del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación, que impulsó la campaña ‘Tatuajes por la Igualdad’, para eliminar el estigma que padece esta población.


Tener tatuajes y perforaciones no es poco profesional, lo que es poco profesional es rechazar a un joven que busca trabajo, por razones superficiales y no sus destrezas y experiencias.


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