Juicio Político para Dilma Rousseff
Esta semana una noticia ha sorprendido enormemente a la sociedad brasileña; no se trata de una circunstancia desafortunada o lamentable, sino de el resultado de miles de protestas y de evidencia que inculpa a Dila Rousseff, la actual presidenta de Brasil de cometer acciones poco éticas que involucran fondos de bancos públicos malversados.
La acusación que versa en la gobernante de Brasil es que alteró cuentas públicas para maquillar el déficit presupuestario. Esto es muy grave y totalmente violatorio del derecho de transparencia que gozan los particulares brasileños.
El procedimiento al que fue sometida la presidenta Dilma se llama Juicio Político; esta figura también llamada Impeachment, consiste en que el Poder Legislativo, consistente en una cámara alta y una cámara baja, toma el rol de juzgador en el que emite una resolución en la que se resuelve una litis que versa en acciones cuestionables del Ejecutivo Federal.
Este proceso se originó por una figura contable-social que en aquél país se denomina “pedaladas fiscales”; esto conlleva un uso ilegítimo de fondos de bancos públicos para cubrir programas que debería de llevar a cabo el gobierno empleando ingresos tributarios.
El punto focal de la suscitada controversia es que las prácticas que llevó a cabo la mandataria Rousseff están estrictamente prohibidas por la Ley de Responsabilidad Fiscal de Brasil, a cuyas disposiciones, el gobierno sudamericano hizo caso omiso con la finalidad de crear un equilibrio concerniente a los ingresos y egresos brasileños.
La presidenta ha declarado firmemente que nunca c

ometió tal crimen tipificado en leyes, porque siempre actúo apegándose a derecho, evitando incurrir en alguna clase de enriquecimiento ilícito u otra responsabilidad administrativa, penal o civil. Alega que todo es un plan bien elaborado por parte del partido opositor, cuya finalidad es llevar a cabo un Golpe de Estado, situación que es demasiado delicada.
Por lo que concierne al Juicio Político, Rousseff fue suspendida de su cargo por decisión mayoritaria del Senado de Brasil.
Las votaciones se conformaron de a siguiente manera: 55 senadores votaron a favor del Juicio Político y 22 lo hicieron en contra.
Las medidas provisionales que se adoptaron consistieron en que la ahora presidente en hiato permanecerá suspendida de su encargo político hasta 180 días, que es el lapso en que se resolverá el citado juicio político.
Una interrogante que surgió en medio de esta tumultuosa noticia es ¿Quién tomaría el mando provisional de esa gran nación? Ante estos eventos la legislación brasileña previó una solución; el vicepresidente Michel Temer asumirá el mandato interino.
Aquí hay dos posibles desenlaces para el Juicio Político, si la presidenta es declarada culpable por parte de la Cámara de Senadores el ya mencionado vicepresidente Temer será designado para concluir el mandato hasta el 2018 en el que se convocarán a nuevas elecciones. Si no es hallada culpable finalizará ella misma su gobierno.

Es bien conocido en la prensa mundial que el perdió de gobierno de la suspendida presidenta ha estado lleno de dudas, escándalos e inconformidades; desde desfalco de gasto público, lavado de dinero hasta desviación de recursos. El pueblo brasileño no aprecia a su presidenta y ella ha mostrado facetas políticas poco ortodoxas y éticas; he aquí la trascendencia de la situación, un Juicio Político es un evento extremadamente raro de presenciar y seremos testigos de cómo el regente de una nación es juzgado.