Adiós maldición en el Maracaná
En 1950 se celebraba la cuarta edición del mundial de fútbol, los pronósticos decían que Brasil seria el ganador, nadie le apostaba a Uruguay y en el partido se veía el por qué, hasta los 48 minutos se escuchaba el grito de 200 mil asistentes “¡Brasil, Brasil, Brasil!” fue hasta los últimos minutos del encuentro cuando la selección charrúa logro el empate y minutos después el tanto que les daba la victoria, que los hacia campeones del mundo, ese tanto que pudo callar al instante a 200 mil asistentes y que es catalogado como una de las mayores tragedias en el fútbol brasileño
Sin duda han pasado muchos acontecimientos dignos de ser recordados y ser puestos en un pedestal después de esta dolorosa experiencia, 5 copas del mundo, 4 copas confederaciones y 5 copas America, sin duda una selección digna de ser temida, con matones del área chica como Ronaldo, Kaká, Romario, Robinho etc. Muros en la defensa como Cafú, Roberto Carlos, Lúcio, Dunga etc. Y si seguimos así podríamos dar un sin fin de grandes jugadores que han defendido l”a verde amarelo” hasta llegar a la nueva generación de la que todos dudan.
Una nueva generación con grandes jugadores, de los cuales la mayoría militan en equipos europeos, siendo titulares indiscutibles, jugadores por los cuales siempre se levantan ofertas millonarias. Pero cuando defienden a su selección muchos se preguntan en donde queda esa calidad que los caracteriza y una prueba de ello es la ultima derrota realmente dolorosa que probo el equipo carioca en el pasado mundial del cual eran anfitriones, se disputaban pase a la esperada final y ser coronados en casa, se jugaron ese pase ante una Alemania poderosa, que demostró su liderato en la cancha con una paliza de un 7-1, causando furia ante todos los espectadores y diciendo que esta nueva generación nunca se podría comparar a las pasadas y que Neymar nunca podría ser un delantero que pudiera pasar a la historia del futbol brasileño.

Aun con miedo la selección olímpica de Brasil lleno de dudas con sus primeros partidos, no había buenas expectativas de ellos, se pensaba que solo harían otro ridículo en la cancha, pero era el momento de que ellos pudieran regalar una alegría a su pueblo. Tras ganar con grandes actuaciones en el campo llegaron a la final, donde el capitán que no querían ver, con el 10 en la espalda y de nombre Neymar se vistió de héroe, metiendo gol de tiro libre y metiendo el penal decisivo ante Alemania, haciéndolos ganadores de la presea de oro en casa, regalando una alegría que hace mucho no podían ver los anfitriones. Ahora sólo la pregunta quedará ¿en cuánto tiempo se podrán mantener así?