¿Tradición?
En un punto del día, estaba saliendo del metro Aquiles Serdán, muchos hombres gritando “azul, azul, es la sangre azul de Azcapo” muchos cantos y brincos; al final de todo se abrazaron todos y se decían “no hay pex carnal, vamos a ganar, a matar a esos pollos” ¿Qué habrá sido de ellos? Se veían muy eufóricos, emocionados y sobre todo confiados, me hubiera encantado ver la reacción de cada uno de ellos en su regreso.
Esta rivalidad empezó desde 1972, y podemos decir que estos equipos capitalinos sin dudas nos han regalado unas actuaciones soberbias, lo podemos decir tan fácil como aquella final del 2013 donde los de Coapa pudieron empatar y de ahí hacerse de la liga, echando más tierra a las posibilidades de romper su maldición de 15 años en ese entonces, haciendo aún más famoso el término “cruzazulear” ganar todo el partido y llegando los últimos momentos del encuentro, perderlo vilmente.

La balanza no estaba inclinada para ningún lado, en ambas escuadras las aficiones piden a gritos la destitución de sus técnicos; por las actuaciones tan pobres que llevan en la liga. Pero sin duda esa tarde había cambiado, los primeros 45 minutos los comandados por Tomás Boy nos regalaban su mejor actuación en lo que iba del torneo, el Chaco Giménez se ponía capa de héroe con un doblete y sobre todo un gol de tiro libre con el que abrió el marcador que sin duda hizo cimbrar todo el estadio azul.
Sin duda confiados regresaron para la segunda mitad, las águilas decidieron adelantar filas, hacer cambios e ir al ataque, cruz azul se veía confiado y pago las consecuencias, al 54 Oribe Peralta demostró por qué la afición lo extrañaba rompiendo el cero, y un Silvio Romero ganando aún más a la afición y como es tradición en los últimos minutos del encuentro América alcanzo a empatar y anotar el gol que le daría la ventaja y lo necesario para ganar el encuentro haciendo una tradición más para el cruz azul y cruz azulear.